JONATHAN SENDRA LLOPIS

Soy Jonathan, tengo dislexia, he terminado la universidad, con perseverancia, con esfuerzo y escuchando desde la primaria a quienes decían que era tonto, vago, que jamás llegaría a nada.
He llegado aquí, he superado todas y cada una de las trabas que la educación actual pone a los disléxicos así como a muchos otros estudiantes con diferencias en su forma de aprendizaje. Cada paso del aprendizaje en nuestro sistema educativo pasa por leer y escribir como forma fundamental de estudio, lo cual se convierte en un gran escollo para un porcentaje cada vez más elevado de la población que tiene peculiaridades o, como las llaman algunos, dificultades específicas del aprendizaje.
Por todo ello la etapa educativa es para nosotros, los disléxicos, extremadamente estresante, llena de decepciones y de impotencia incluso haciéndonos sentir tontos.
Este es mi pequeño granito de arena para dar visibilidad y provocar empatía en torno a esta característica.